Tuve el privilegio de compartir la sencilla y a la vez bella celebración que se le hizo por su 90 cumpleaños, en la Base del Monumento de la Plaza Ignacio Agramonte y Loynaz. Foto de Otilio Rivero.
Hoy 27
de diciembre es especial y triste para mí. El Maestro Fernando Alonso Rayneri, ese con quien inicié mi vida
laboral con apenas 22 marzos,
cumpliría 100 años y no escucharé su voz vía telefónica desde su Habana como
sucedía en cada uno de sus cumple, con esa sencillez que lo caracterizaba
decirme con alegría, optimismo y lucidez: “Gracias Cuqui, no sabes cuánto te lo
agradezco,…”, y echábamos una conversadita.
Así lo
llamaba o lo pasábamos juntos en nuestro Camagüey, este pedacito de Cuba que tanto
le debe a este Maestro que hablaba a
sus alumnos de pintura, música, poesía, teatro, anatomía, quinesiología,
política, filosofía…
Son
muchos los recuerdos. Fue mi primer director. Me enseñó qué es la disciplina laboral,
siempre con su ejemplo. Me apoyó cuando decidí estudiar Periodismo por curso
dirigido (para trabajadores) en Santiago de Cuba y mantuvo un dulce sí de
respuesta ante cada entrevista solicitada.
Así lo recuerdo, como un caballero, con gestos elegantes,
cuerpo atlético, lenguaje
perfecto, irradiando inteligencia, optimismo y amor hacia lo que hacía y hacia la vida misma, con un fino sentido del humor y con
bellos ojos azules a los que no se les escapaba un solo detalle en sus clases y
ensayos, convertidos todos en clases
magistrales. Así recuerdo esos ojos que cerraron otro día 27, pero de
julio, a los 98 años.
Gracias a él, a Fernando, tenemos una sólida Escuela Cubana de Ballet que traspasa
la capital del país y sus fronteras. Gracias a él tenemos un Ballet Nacional de
Cuba, gracias a él tenemos un Ballet de Camagüey, y en mucho, gracias a él
contamos con un público sabedor de este difícil arte. Por eso y más, gracias Maestro. Usted es de los inmortales, de
esos que con su huella dejan un pedacito de sí en tantos y tantos imposibles de
mencionar.
Por eso
le digo algo que he reiterado en varias oportunidades; una vez le pregunté, ¿Si
volviera a nacer? y con esa agilidad que lo caracterizaba me respondió: “Haría exactamente lo mismo que he hecho
hasta ahora, aunque claro, con algunos arreglitos”, ocasión en que no quiso
confesarme cuáles por si acaso vivía 90 años más; estoy segura de que sin ser
una persona perfecta, pues no sería creíble, si un día vuelve a nosotros estos
no serían muchos, y como dijo entonces es obligado evocar que tenía tres cosas
muy claras: “Mi amor por las damas, la
admiración por el arte de la danza, y mi dedicación y amor por mi Patria, esas
no las cambiaría nunca”. Y así fue.
Agradezco
a Fernando por mantenerme en su
círculo de amigos, de esos, que aunque tratáramos de Usted, lo sentimos como si
nos perteneciera.
Relaciono
algunos datos y reconocimientos:
—Fernando Alonso
Rayneri nació en La Habana el 27 de diciembre de 1914, hijo de Matías Alonso y
Laura Rayneri, quien fue pianista
concertista y presidenta de la Sociedad Pro-Arte Musical.
—Las primeras
letras las aprendió con su abuelo materno en la biblioteca de la casa, era
catedrático de la Universidad de La Habana.
—Estudió ballet en
su Patria y en los Estados Unidos. En Cuba con Nicolás Yavorski, y en Nueva
York con Mijail Mordking, Mijail Fokine
y Alexandar Fedórova, entre otros.
—Debutó en 1937 como bailarín en
la Compañía Mordking Ballet.
—En 1939 ingresó en
el American Ballet Caravan, dirigido por George Balanchine.
—Posteriormente fue
contratado en el American Ballet Theatre, así como en el Ballet Ruso de Monte
Carlos, alcanzando la categoría de primer solista.
—En 1948 se funda
el Ballet Alicia Alonso, el que más tarde se convirtió en el Ballet Nacional de
Cuba, donde bailó, impartió clases y dirigió hasta 1975.
—En 1961 funda la
Escuela Nacional de Ballet dirigiéndola hasta 1968. Desde entonces ocupa el
cargo de asesor nacional de la metodología de la enseñanza de ballet.
—En 1975 se une al
ballet de Camagüey, compañía que dirige hasta 1992, año en que fue invitado por
el Instituto Nacional de Bellas Artes a dirigir la Compañía Nacional de Danza de México.
—El maestro Alonso
ha impartido clases y dirigido ensayos en la Opera de París, El Ballet Royal de
Walonie, en el Ballet Siglo XX de Maurice Bejart, así como en Bulgaria, Moscú,
Leningrado, Argentina, Brasil, México, Uruguay, Venezuela, Colombia, Perú,
China, por solo mencionar algunos de los 58 países visitados por él, muchos de
ellos por más de una ocasión.
—Participa como
jurado de los más importantes Festivales de Ballet.
—Es fundador de la
Sociedad Espeleológica de Cuba, es
miembro del Consejo Internacional de la
Danza de la UNESCO, Doctor Honoris Causa del
Instituto Superior de Arte de Cuba y de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, México.
—En su trayectoria
de trabajo ha recibido numerosas distinciones, condecoraciones y premios, como
la Orden Félix Varela de Primer Grado, la Frank País de Segundo Grado, 25 Años
de la Academia de Ciencias, por los 50 Años de la Sociedad Espeleológica, 25
años de fundador de la Escuela Nacional de Arte, Distinción Raúl Gómez García,
sello Laureado Trabajador de la Cultura, Orden al Mérito de Grecia, por los 200 Años del Teatro Bolshoi, y en 1999
recibió de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, el Premio de la
Danza.
—Más recientemente
recibió la Giraldilla de La Habana,
otorgada por el Gobierno de esa ciudad, así como el Premio Nacional de la Danza
2000, que otorga el Consejo Nacional de Artes
Escénicas de la UNEAC, mientras en Camagüey recibió el Escudo de la ciudad.
—Fernando Alonso Rayneri fue uno de los que recibió el
premio Benois de la dance 2008, considerado el Óscar de la danza, en una
ceremonia celebrada en el teatro Bolshoi de Moscú. En su caso, obtuvo el Honorífico
a toda una carrera artística.
—Estuvo presente en
la constitución de la Cátedra Honorífica de Danza Fernando Alonso, de la filial
del Instituto Superior de Arte (ISA), de Camagüey, Cuba, en el 2009.
—Falleció en La Habana, el 27 de julio del 2013, a la edad
de 98 años.
Indiscutiblemente un hombre de esos de los que ya –desfavorablemente- quedan bien pocos en nuestro mundo, Cuqui… muy sentidas y conmovedoras tus palabras. Porque si… es mucho lo que nuestra Cuba tiene que agradecerle a ese amigo que tanto hizo en pos de nuestros propios beneficios. Saludos miles… abrazos.
ResponderEliminarTienes razón Adanys, el Maestro Fernando Alonso era una persona muy especial y tuve la dicha de trabajar con él y ser su amiga. Todavía lo extraño, como sucede a no pocos.
EliminarGracias una vez más por tu entrada y tomarte un poquitín de tu tiempo para leerme, mis cariños y abrazos de FIN DE AÑO!!!!!
Cuqui, amiga... en realidad no tienes nada que agradecerme, sino que por el contrario. Afortunadamente no llegamos a este mundo con todas las aptitudes y actitudes que deseásemos encontrar en nuestras personalidades. Y gracias precisamente a razones como estas, tal cual tú sientes la necesidad de llegarte hasta la orilla de mi mar en pleno intento de verlo y ambicionar llevarte parte en tu sistema respiratorio, yo siento inmensa urgía de beberme crónicas con estos finales no anunciados que me dictan aún siguen existiendo cosas maravillosas en este mundo por las cuales despertar en las mañanas, deseando sonreírle a la vida. Saludos y abrazos –navideños- miles…
EliminarFelizzzzzz año nuevo con abrazos de todo lo bueno, real y maravilloso de este mundo tan lleno de orillas y finales sin previo aviso.
Adanys, amigo mío, me sorprendiste por aquí. Busqué tu respuesta en la orilla de tu mar y me extrañó no verla.
EliminarPero como buen amigo que eres aquí la encontré.
Así es la vida. Unos nos compensamos con los otros y se hace más llevadera. Por suerte me encontraste y te encontré, valgan las repeticiones, y de esta manera despertamos cada mañana en espera de la próxima.
Te devuelvo la felicitación como mismo dices llena de abrazos de todo lo bueno, real y maravilloso de este mundo. Que el 2015 te complazca en todo lo que le sea posible a un ser humano, mis cariños
Perdone amiga la tardanza de mi respuesta a la huella dejada por sus crónicas no anunciadas a la orilla de mi mar… entre teclas y un latir irreprimible se me ha ido prácticamente el día con “Trecientas a la N veces más que el Sol” publicada recientemente. Y no me perdonaría terminar el año sin corresponder más que a sus comentarios, a todo ese cariño que despilfarras a chorro por donde pasas. Gracias miles por llegarte hasta esta orilla y brindarme esa amistad incondicional a la cual me aferro en espera de un nuevo y próspero 2015. Igual le deseo que “el 2015 le complazca en todo lo que le sea posible a un ser humano” Saludos y abrazos miles.
EliminarUf!!!!, amigo Adanys, ¿qué es eso de perdones? Gracias por todo lo que me dices y créeme es que te lo has ganado, digo, ese cariño que despilfarro.
EliminarTambién me aferro a esa amistad, ¿el 2015?, ya está ahí mismo. Lo esperaremos!!!!!! cariños miles
Un hombre excepcional, un artista en toda la extension de la palabra. Vivira siempre en nuestros corazones.
ResponderEliminarAndrés, amigo: Es como dices, un hombre excepcional y los que vivimos hoy tenemos la resposabilidad de no dejarlo en el olvido, y también de hacer cosas para quienes vienen detrás sepan de su existencia y contribución a ese arte que me encanta y es el ballet. Gracias por tu comentario, mis cariños...
Eliminar