lunes, 10 de octubre de 2016

Coincidencias



Así lo recuerdo...
No creo haya buen día para morir. Menos si se trata de alguien especialmente querido. Nunca encuentro oportuna la llegada de La Parca, siempre me resulta intrusa e irrespetuosa. Hay personas que nunca deben morir y es por eso que hoy, 10 de octubre escribo sobre mi abuelo Pedro Vilató Arteaga, quien falleció este día de 1966. Yo tenía entonces 12 años.
En un día así, pero de 1868, el abogado y patriota Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) liberó a sus esclavos y alzó en armas a los cubanos para luchar contra los colonialistas españoles. Es considerado este el primer hecho fundacional de las Revoluciones de Liberación Nacional de Cuba.
Recoge la historia que pronunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de Octubre. Entonces, en el batey de La Demajagua, ante unos 500 asistentes, dijo: “Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”. De esa manera comenzó esta primera guerra independentista con una duración de 10 años, con un perfil nacional-liberador, democrático y antiesclavista.