martes, 26 de diciembre de 2017

Cosas de mi padre…



Hace un tiempo tomé esta foto que muestra un pedacito de mi ciudad: la calle Maceo.

Nací en una linda ciudad, pero sin mar y me gusta ¡tanto! Siempre me dije que esa era una de las cosas en que la vida no me complació, cuando podía ser de otra manera. Mi país rodeado de agua y yo con tan poca.
Creo que por eso mi padre era tan creativo y me enseñaba a sustituir esa añoranza con el disfrute de las nubes, buscarle formas…, igual hacía para que me diera cuenta de cuántos verdes tenía la Naturaleza, lo mismo desde lo alto de un avión que a cada paso con los pies bien en la tierra.
Eso sí, me enorgullecía de cada una de sus ocurrencias y como por estos días de Navidad y Fin de Año las remembranzas llegan solitas, ayer me acordé de algo muy cortico y peculiar, aunque parezca trivial.
Escuché a una persona por la televisión y se mostraba muy, pero muy perfecta, entonces vino a mi mente aquello que mi papá expresaba en ocasiones al celebrar en su presencia a alguien, la poníamos por los cielos y acto seguido decía: “No fuma, no bebe, no conversa, no le gustan las mujeres/hombres, es tan buen@, tan buen@ que no sirve pa’ná…”.

jueves, 27 de julio de 2017

Recuerdos, recuerdos, recuerdos...



Imagen tomada de: https://pixabay.com
Dos niños camagüeyanos salían a menudo con sus padres. Comían en algún restaurant citadino. Los más frecuentados: el del otrora Círculo de Profesionales y el del Gran Hotel. Luego la cita era en el cine y a caminar hasta La Vigía…”Había que bajar la comida”, esa era una frase muy repetida del papá.
Ella, la mamá, decía: “Caminen sin mirar adentro de las casas, eso es mala educación”.
En otros horarios salían y ella puntualizaba: “Llegaremos a casa de…, si preguntan, ya almorzaron y den las gracias”.
Más de una vez el papá caminó desde el centro de la ciudad hasta la casa con un papel estrujado en sus manos, no había dónde echarlo: “Nunca boten los papeles en las calles, nunca lo hagan”, reiteraba.

Los cuatro asistían a los conciertos de la Orquesta Sinfónica, a las funciones del Ballet…, siempre con una entrada que decía algo así como: Amigos de la Música. Fue una idea de Gustavo Sed Nieves y que el padre abrazó siempre. En esos casos se deleitaban todos, con la advertencia: “Aquí venimos a disfrutar, no a hablar, ni a ponerse de pie”.
La niña, ya más una muchacha, llegó a la casa feliz y le dijo a la madre: “Mima, hoy me celebraron el pelo”; ella, muy veloz dijo: “¿Sí?, pero tienes que saber algo, hay muchas que lo tienen más bonito”. La dejó pensando…
La mamá, le “cortaba las alas” a la hija de vez en cuando: “A esa fiesta no vas, no eres arroz blanco”. La dejaba incómoda.
Ambos, el padre y la madre, coincidían en muchas cosas como en que: “Los problemas de la casa se resuelven de la puerta hacia adentro”.
También en aquello de: “Los padres somos los mejores amigos de ustedes, siempre los ayudaremos, en lo que sea”.
Sobre todo el padre decía: “Con la razón y decencia, nunca se queden callados, aprendan a defender sus derechos”.
Pasados los años digo ahora. Esos padres eran los míos, esos hijos: mi hermano y yo. Quizás entonces no estuvimos de acuerdo en todo con ellos. Hoy el sentimiento es otro. Agradecemos sus enseñanzas. ¡Cuánta sabiduría!, ¡Cuánta educación!
Son recuerdos, recuerdos, recuerdos..., y también realidades, realidades, realidades…

viernes, 28 de abril de 2017

Gracias mil



Foto de Otilio Rivero Delgado.
Hace unos días me martillaba el cerebro. Pensé se había cometido una injusticia con mi hijo, de hecho lo fue, solo que ahora veo las cosas de otra manera.
Cuando Orielito, mi razón de vida, comenzó sus estudios de violín, primero de manera particular con solo 5 añitos, luego en la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero, de Camagüey, Cuba, con 7, fue como si se llevaran a un niño y trajeran a otro.
Decidió, él solito, cambiar sus juegos infantiles con sus amiguitos más cercanos
—Jorgito y  Miguel—, para adentrarse en otro mundo, el de las cuerdas. La hora de levantarse era tan temprana que pensé no lo resistiría, eso sí, comenzó a acostarse a su tiempo, ¿la llegada de la escuela?, nunca antes de las seis de la tarde.
Fueron años de mucho estudio. Debía llevar a la par el instrumento, las asignaturas propiamente de música y las de escolaridad, todo sin el menor descuido. Se lo exigían en el colegio y nosotros, sus padres, en casa.

lunes, 17 de abril de 2017

Domingo de Resurrección en Camagüey



Foto de Oriel Trujillo Prieto.
El 16 de abril, Domingo de Resurrección, salió de la Iglesia de la Catedral, por la calle Cisneros el cortejo con el Cristo resucitado, y se encontró en la Plaza de los Trabajadores o de La Merced con la Virgen de la Alegría. Allí se realizó el feliz saludo.
A partir del lunes 17 de abril, el Santo Sepulcro, la urna de la Virgen, la del Cristo resucitado, las de las vírgenes Dolorosa y de la Alegría, estarán en la Iglesia de Nuestra Señora de La Merced, para que el público pueda apreciarlos.
Los vídeos son muy aficionados, aun así espero los disfruten: