martes, 6 de enero de 2015

Mi tía Llilla



Cuando le preguntaron qué quería de regalo el Día de Reyes del 2014, pidió un reloj despertador, pues el que utilizaba no funcionaba muy bien y temía quedarse dormida.

Cuando he confesado en otros escritos que mis padres nos enseñaron a mi hermano y a mí a amar a nuestra familia dondequiera que estuviera, mi tía Llilla no podía faltar y a ella, a Sor Anunciación, que es su nombre religioso, de una manera muy especial.
Mi segundo nombre, Lilia, lo llevo por ella quien es la mayor de cinco hermanos, ya fallecidos los otros cuatro. Tiene 89 años y es un amor, así de sencillo, un verdadero amor de persona.
Hay cosas que uno vive en la infancia que son imborrables. Como no soy dulcera a mi mamá le llamaba la atención que gustara tanto de la leche condensada y me decía: “Igualita a tu tía Llilla”. Sucedía lo mismo con el chocolate, al que mi madre no le hacía muchos honores. También me comparaba por mi forma de ser, de hablar, en fin, Llilla estaba siempre en casa. Y de las visitas que hacíamos al convento habanero, ni hablar, esos recuerdos forman parte de mí, siempre van conmigo.
Evoco aquello como una edificación grande, con un salón grande, quizá todo lo encontraba así por ser yo tan pequeñina; con una celosía a través de la cual la veíamos porque es monja de clausura y un torno en una de las esquinas. En ese torno colocaba regalos que nosotros tomábamos desde afuera.
Mi hermano echaba un silbidito para que supiera que ya estábamos allí, cosas de niños, claro, porque con la adultez saqué mis cuentas y supe que éramos esperados previo aviso.
Nosotros, mi hermano y yo, nos tomábamos del brazo y caminábamos cual suerte de modelos para ponernos en exhibición a la vista de ella y las demás hermanas. A veces nos decía: “Aléjense un poquito para verlos mejor”.
Mi padre nos contaba que cuando él y mi madre se casaron la visitaron, pasaron la Luna de Miel en La Habana, y reía al recordar que cuando lo vio le salió del alma aquello de: “¡Parece un papá!”. Él echaba sus carcajadas con esa historia porque le llevaba 20 años a mi madre. ¡Fue tan sincera!
De esta manera pasaron los años, mi madre se escribía con su queridísima hermana y cuando comencé mis primeras letras me uní a esa cadena de mensajes a la antigua usanza hasta que llegó la noticia de que marcharía a España. En 1961, fecha que pareciera más lejana si le agrego del pasado siglo, con apenas siete años de edad la vi por última vez. Ella tenía entonces 35 años.
Fuimos a casa de una monjita de su grupo, vivía en Miramar, allí la acogieron como familia. Esa ocasión fue diferente, la disfrutamos más. La pudimos tocar, besar y recuerdo que conversamos mucho, por supuesto, los mayores más que nosotros. Mi padre le insistió en que viniera a Camagüey antes de marchar, pero a decir verdad, no lo logró. Desde ese día digo adiós con mi mano igual que lo hizo ella, con su manita paradita y la cerraba y la abría, eso me marcó para el resto de mi vida.
Como una manera de quitarnos un poco la tristeza de encima recuerdo que mi padre nos llevó a un cinódromo cercano y disfrutamos de carreras de perros, algo que no habíamos visto jamás; pero una cosa recuerdo, tampoco nos alejó de la tristeza que nos provocó aquella despedida.
Llilla hizo su travesía en barco. Supimos de su llegada y continuaron las cartas. Unas veces llegaban, otras quedaban en el camino y así pasaron los años. En una época la llamábamos por teléfono y pagábamos nosotros, al cambiar esta opción tuvimos que dejarle esa responsabilidad a ella y es quien llama en fechas señaladas. De esa manera hace galas de austeridad.
Fue la Madre Priora varias veces en su convento de Ciudad Real, allí permaneció por muchos años, donde la comunidad las extraña después de casi 600 años de presencia de M. Dominicas. Hace unos meses fueron trasladadas a Córdoba; sin embargo allá, en Ciudad Real, todavía las recuerdan y las quieren.
Ella tocaba el órgano, hacía labores manuales preciosas y hablo en pasado porque no sé a ciencia cierta si con sus años puede con todo eso, pero sí estoy segura de que cada día que pasa se entrega y adora más a Dios, ese que, según me dice, hará que nos veamos un día en el cielo. Reza por sus seres queridos, vivos o muertos y nunca ha dejado de querernos, lo aseguro.
Disfruto sus llamadas. Es una persona muy educada, dulce, preparada y actualizada, con un sentido de la humildad extremo y capaz de perdonarlo todo. Confieso que a veces me quejo de algo ocurrido y me responde: “Hija mía perdona, olvídalo”.
Dos personas muy especiales porque irradian bondad y deseos de ayudar me sirven de intermediarias de vez en vez; una, María Eugenia, mi amiga de la adolescencia, residente en Girona; y la otra, es Sor Concepción Carrascosa (Conchi), ambas con una gentileza que no tengo modo de agradecer y a quienes no puedo dejar de mencionar.
Hoy, como cada 6 de enero, espero mi regalo de Día de Reyes, su llamada. Hablaremos mi hermano y yo y quienes estemos en casa porque hace un “huequito” para todos. Ya no estará su única hermana hembra (mi madre), ni su cuñado (mi padre). Estoy segura de que lo sufre, pero siente tranquilidad y conformidad en su alma, en eso ¡la envidio tanto!
Hoy quise retribuirle ese regalo con esta remembranza a mi tía Llilla, esa que al preguntarle: ¿Cómo estás? Ya sé su respuesta: “¡Estupendamente bien hija mía!”.

16 comentarios:

  1. Cuqui… amiga, no tengo la dicha de conocer a tú tía Llilla pero sin duda debe ser alguien especial. Yo en parte por aquí… ya con 26 años de experiencia desperté en la mañana con deseos miles de abrazar a mi Mima (abuelita materna) -no presente en este mundo de los vivos- y encontrar una sus tiernas sonrisas envueltas en besos y abrazos como regalo de esos reyes magos que se las ingeniaban para darme lo mejor de sí: un chorro de amor y miles de motivos para darle la razón a nuestro Martí con eso de que los niños nacen para ser felices. Abrazos nuevo añeros…

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    1. Adanys, qué decirte amigo, si la conocieras fuera una dicha y además inolvidable porque sí, mi tía es muy especial.
      Imagino cuánta añoranza. Esos besos y abrazos que me comentas son únicos e irrepetibles y siempre nos hacen falta, mucha falta, pero así es la vida y los buenos recuerdos también son razones para hacernos levantar cada mañana, más abrazos nuevo añeros para ti

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  2. Muy hermoso post, segura estoy que tu Tía Llilla es una bellísima persona. Me hizo recordar una vez mas en el día de hoy a mi queridisima Tia-abuela Petrica que vivió muchos anís en un convento sin ser monjita pero al servicio de estas hasta que en el año 1961 desalojaron el convento (Maria Reparadora en la calle Luaces-Camagüey) y ella se vino a vivir con nosotros encargándose de la crianza de mi hermano y mía, siendo la persona que marcó mi vida para siempre. Era ejemplo de sencillez, generosidad y laboriosidad, cualidades que quisiera yo algún día alcanzar. Bueno Cuqui deseo que este 2015 te haya llegado cargado de muchas cosas buenas. Un abrazote

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    1. Gracias por tu opinión María Elena, y mucho más por entrar y ocupar un rato de tu tiempo para comentar.
      Eso mismo digo. Las cualidaddes que mencionas quisiera alcanzarlas algún día, pero creo que no voy a tener tiempo.
      Te deseo lo propio, que este 2015 te llegue a ti y a los tuyos también con cosas buenas y mucho amor. Otro abrazote!!!!

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  3. Cuqui, al leer el post dedicado a tu tía, confirmo mi criterio de que la religiosidad nace con las personas, y ella fue iluminada por Dios; el amor que irradia te llega y claro que sí, que llegarás a perdonar y a olvidar.
    Ma. Delys

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    1. Ma. Delys, sí, tienes razón y hago lo posible por lograr cosas así, porque cuando uno no perdona sufre más que si olvida.
      Gracias mil por tu entrada y tu linda opinión!!!!

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  4. Cuqui gracias por compartir con nosotros estos entrañables recuerdos, a mi me producen mucha ternura, me parece un precioso regalo a tu tia, nuestra "Madre Cubana"...,
    Y aunque no te conozco, yo también te imagino muy parecida a ella, desde el día que te descubrí, a través de tus palabras y el amor que le procesas.
    Muchos besos desde Ciudad Real, España
    Lola

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  5. Lola: Gracias a ti por tanta gentileza. Veo que te empeñaste en comentar porque en ocasiones me han dicho por mi dirección de correo que se hace muy difícil y esa manera seleccionada de Anónonimo y firmar es buena, por eso te doy infinitas gracias!!!!!
    También me agrada todo lo que dices y sí, es mucho el amor que le tengo. Mi madre siempre me comparaba con ella y yo sentía orgullo por eso.
    Hoy ha sido un día difícil para mí, pero no podía pasar la ocasión de responderte, Muchos besos para ti desde mi ciudad, cuna también de mi tía Llilla.

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  6. No puedo creer no saliera mí comentario en este momento cuando publicaste este maravilloso escrito de tu tía no por eso eres especial cuando el amor se transmite de grneracion en generacion creeme no puede sí no dar y educar personas q serán Cómo ellas, ademas t digo algo esa profección siempre la he admirado porque cuanta dedicación cuanta abnegación a cuanto renuncia por una creencia con cuanto amor se entregan y aman al progimo, las monjas son un digno ejemplo de todo este cuanto, y bueno es increíble la bella familia q tienes abogado, profesor , músicos, monja,Una gran periodista, por eso el amor q han derrochado a través de la vida amiga mia un beso y un abrazo enorme y felicidades por esa gran familia q te inspira a estos lindos y conmovedoras crónica un aburrr de nuestra tierra

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    1. Espe: No te preocupes, ya lo lograste, y sí, vivo orgullosa de que mi familia haya sido así. Los cariños hasta se enseñan porque mira desde cuándo no veo a mi querida tía y la quiero de veras y de una manera muy especial.
      Y como ves tengo de todo en mi familia y por una u otra razón, siento satisfacción.
      Mil gracias por tu comentario y tus lindos criterios, y no lo dudes, mi tía ha sido muy consagrada a su fe. La quiero tanto!!!!! Otro aburrrrr para ti!!!

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  7. Hermoso, conmovedor, admirable. Son las primeras tres palabras que me produce tu post. Sigue compartiendo la riqueza de tu vida, porque nos ayudas a escribirnos mejor en los instantes que siguen.

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  8. Yane, Mil gracias por tu opinión, que sabes importa, y también por dedicar un poquito de tu tiempo, que sé no es mucho. Esas primeras tres palabras me conmovieron, un besito.

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  9. Bella crónica de tía, es un amor de veras que se respira en tus bellas palabras, sabrá ella que compartes su amor????

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  10. Sarah, amiga: te agradezco doblemente el que hayas entrado y comentado, porque dedicaste una parte de tu tiempo el día de tu cumple, para hacerlo.
    Sí, el amor de familia es muy grande, y en efecto, ella sabe que lo comparto, tuvo la oportunidad de leer el post, incluso, antes de escribirlo le pregunté si le agradaría, creo era algo que debía hacer y, tuve su aprobación.

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  11. Bello historia de una persona que debe ser toda dulzura y bondad...que se te quedo grabada en tu memoria, aun hasta hoy... Es lindo y a la vez difícil tomar la decisión de entregarse a ése recogimiento espiritual. y ella ha continuado con ese hilo invisible que son las llamadas telefonicas a la familia. Es bonito ése amor familiar...ya yo lo perdi, es decir a veces tengo preguntas...y no tengo quien me responda. Todos los tios paternos/maternos los perdi. ADG me quedan muchos primos(as) aqui y alla. No tuve hermanos. En fin Cuqui como siempre te digo, me gusta leer tus historias y todo lo que escribes. Un abrazo y que este 2017 sea mucho mejor que el anterior y te de salud, paz, bienestar de todo tipo y mucho Amorrr junto a tu familia y en tu trabajo.

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  12. Gracias dobles Terina, por entrar al blog y comentar.
    No te equivocas, mi tía Llilla es muy especial, e incluso, muy optimista, se mantiene bien informada y pide en sus oraciones, aparte de por toda su familia, porque en el mundo haya paz y se acaben tantos hechos de violencia.
    Imagino eso que me comentas, es duro, la familia se va acabando, en fin...
    Te agradezco tu opinión acerca de mis historias. Otro abrazo para ti y lo propio, que este 2017 te sea mejor en todo, que la salud prime, y siempre junto a tu familia, mis cariños

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