domingo, 2 de agosto de 2015

¿Papeles son papeles, cartas son cartas?


Busco algo y me encuentro con parte de mi pasado, un pasado lindo, de ese que me gusta recordar y comparto, máxime a estas alturas en que las comunicaciones han dado un vuelco entonces impensado y que me ha hecho comparar lo real maravilloso de este mundo.
Corría el año 1967 y yo con mis cortos trece años tuve que separarme —como el resto de la familia— por un tiempito (como decimos por aquí), aunque no muy largo, de mi padre. Él por cuestiones de trabajo fue a La Habana y desde ese hotel que tanto le gustaba y nos gustaba, el Nacional, escribía y recibía la correspondencia que luego guardó con celo y hoy cuido.
Aquellas cartas, demoradas a veces, perdidas otras, pero siempre con un embrujo especial a su llegada, las abría con ansiedad, esas y otras de mi tía Llilla, primero de La Habana, luego de un poco más lejos —España—, pero todas con un lenguaje sincero y de infinito amor.


No sé el porqué, pero desde muy pequeña fui casi la elegida a ser como una especie de relacionista pública. Todos escribían, pero
las mías eran especiales y lo confieso con toda la humildad a mi alcance. Luego llegó la época de cartearme con amistades y novios, que pese a no haber sido tantos radicaban fuera de la provincia.
Gracias a esa magia de las misivas hoy guardo parte de una memoria que quién sabe hubiese olvidado. 

En esta, escrita a lápiz le decía a mi papá: “A cada rato viene por aquí el becado amigo de Joaquincito que se me descargó; pero tú debes estar seguro de que el único que me gusta eres tú, que eres el más lindo del mundo”.
Ahora les aclaro que esas palabras eran para ofrecerle tranquilidad. Joaquincito es un primo y su amigo, un joven de 20 años que me enamoraba, acto al que le decíamos ‘descargar’, y esa fue la vez primera que mi padre se preocupaba por estos menesteres, él me decía: ¿Qué busca un hombre de 20 años contigo si nada tienen en común?, y yo que no sentía la más mínima atracción por esa persona, mas nunca callé lo que pensaba, le ripostaba: “Por eso no Pipo, porque tú le llevas 20 años a Mima” y él raudo y veloz alegaba: “Tu mamá ya era una mujer cuando empezamos el noviazgo y tú aún eres una niña”. Verdad y razón que convencían y convencen.
Por estos días se las enseño a mi hijo para que sepa, de mi puño y letra, cómo era la comunicación con mi padre a quien quise Mucho, mucho, mucho, y demuestro así que, papeles son papales, cartas son cartas, no son falsas como las palabras de los hombres —según la canción y algo en lo que tampoco creo— Él y yo conversábamos de todo, no recuerdo alguna excepción.
Si todo aquello hubiese ocurrido con las nuevas tecnologías quizá ni el recuerdo quedara, menos aún las escrituras.
Se me antoja que de esa manera sí habríamos sabido más a menudo el uno del otro y hasta en tiempo real, ¿el texto? tal vez sería este: “Pipo, estamos bien, ¿y tú?, bsitos, TQM y punto, y peor que eso ya estaría en la papelera de reciclaje o eliminado; sin embargo, ahora puedo leer mi despedida:
En esta carta te mando mil millones de besos y cariños, Cuqui”.
Sugiero a quienes mantienen correspondencia, sea cual sea el método, con alguien que les importe, que esto les sirva de experiencia, piensen en el futuro que es ahorita y atesoren sus memorias para al llegar la desmemoria puedan recordar lo verdaderamente digno de ser recordado.
Mi hijo no leerá mis cartas. Ahora solo recibe mensajes: ¿Dónde estás?, ¿Demoras?, y él responde: “Voy en camino”; los besitos correspondientes, en abreviatura —bsitos— y el te quiero mucho así TQM para que nos cueste menos, ¡qué pena!, ¿Cómo podrá decirle a sus futuros hijos?, porque esa magia de las cartas, no será tan mágica como para recuperarla y por siempre quedará perdida.

15 comentarios:

  1. Sí amiga mía, la magia de las cartas vía Correo Postal es insuperable, hasta tienen un olor diferente, !!Que bello!!! recordar cosas como estas.... Gracias

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  2. Ana, amiga mía: Tienes razón. Aparte de un olor característico, se van poniendo medio amarillas, como cantaba magistralmente Nino Bravo, a él le hubiera sido imposible encontrar lo que quería al decir: Y busqué entre tus cartas amarillas/mil te quiero, mil caricias/y una flor que entre dos hojas/se durmió...
    Gracias a ti por entrar, leer y ocupar parte de tu tiempo en comentar. Gracias!!!!!!

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  3. Con la anuencia de varios amigos que dejaron sus comentarios en Facebook, porque por razones que desconozco se les hace difícil colocarlos aquí, los traigo y así queda constancia de sus opiniones, todas las que agradezco infinitamente.
    Aquí comienzo con mi amigo querido Alex Alfonso, quien dijo: Bello como todo lo que escribes un fuerte abrazo mi querida amiga de siempre

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  4. También con su consentimiento, aquí coloco el comentario de mi amiga María Elena Rangel M: Bien bella tu reflexion!!!!!! Un abrazote

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  5. Por su parte, Ruben Dario Martinez dijo: Tremenda enseñanza. Muy lindo . Te felicito Cuqui !!!!

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  6. Mi amigo de la infancia, Rafael López Cosío, escribió: Cuqui, este testimonio es algo maravilloso, leerlo me ha conmovido mucho. Que lindo que guardes ese recuerdo de tu papá

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  7. Esos pasajes de la vida son muy bellos. Quien no lo asimile así es un o una insensible. Creo que las cartas no deben pasar al olvido, constituyen tesoros insuperables. Sigue así que vas muy bien y vas a dejar --de hecho ya-- una obra de consulta para quienes escriben y máxime si abrigan el magisterio del periodismo. Enrique Atiénzar Rivero

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    1. Atiénzar, amigo: Tienes razón, pero ¿qué hacer para retomar las cartas?, no tengo la menor idea. Eso de dejar una obra de consulta ya es diferente, son palabras mayores, eso sí, al menos un aporte en pos de las buenas costumbres y valores que no siempre se mantienen. Gracias, sobre todo, por entrar y leer.

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  8. Mi amigo Andrés me dijo: adelante, para que colocara su comentario de FB aquí. Él escribió: Andres Moran Landin Cada dia se vive con mas apuro y se recuerda menos. Maravillosas cartas. Nuestro pasado en nuestras manos.

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  9. Recién acabo de leerte amiga y como siempre te las ingenias para conmoverme con tus palabras. Ahora tanto… como para dejarme sin habla mientras aprecio cuando se va perdiendo con el de cursar de los días… en donde hasta las palabras se escriben a medias y los deseos de oler tinta y grafitis en papel dejen de existir... Saludos... que tengas un lindo día...

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    1. Adanys, amigo mío: Ya te había extrañado, siempre te digo que me has malacostumbrado, cuando no veo el aire de tu-mi Mar me preocupo.
      Es así, el cambio ha sido abismal, en buena parte para bien, de lo contrario, fíjate, tú y yo no sabríamos el uno del otro, ¿qué te parece?; sin embargo, ¿qué quedará para la historia? No lo sé. También deseo un lindo día para ti...

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    2. No te preocupes amiga... ya mañana pienso airear un poco la orilla de esa –muy- nuestra mar... tuya y mía o bien mía y tuya... que como bien dicen no es lo mismo pero es igual. No es menos cierto que cada cambio surge en el mejor de los casos en beneficio propio de la humanidad. Salvo que en algunos… lamentablemente los que tienden a abundar, los principios escasean... los sentimientos se economizan y las historias terminan lamentablemente en un rinconcito a donde puede que bien ni el sol llegue. Pero si... le termino de igual modo agradeciendo a la tecnología por este encuentro que pudiese no haber tenido lugar en ausencia del ciberespacio.

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    3. Qué buena noticia amigo, ese aire hace mucha falta y, por suerte, nosotros no economizamos los sentimientos y sacamos algunas de nuestras historias para que el sol les dé y el fresquito de tu-mi Mar también. Por supuesto, agradezco a la tecnología por nuestro encuentro. Mis cariños y pasa un lindo día...

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    4. Mipri muy Lindo y sentimental tu comentario, como siempre ADMIRO tu OBRA por preservar lo bueno que atesoramos atravez de nuestras relaciones familiares, que es el legado que nos dejaron nuestros padres, mil gracias por sacar a la Luz tus memorias, que nos hacen REFLEXIONAR y a pesar de todo Gracias tambien a la nueva tecnologia que nos podemos comunicar con el mundo entero, tu Primita que te quiere mucho.
      Lily

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    5. Mipri, al fin lo lograste. Tienes razón, reflexionamos y a la vez aplaudimos las nuevas tecnologías, es una dicotomía de la vida, pues no tendremos una memoria histórica, pero nos comunicamos rápido y a menudo.
      Te agradezco esa admiración que es mutua, te quiero mucho, mis besitos...

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