martes, 13 de febrero de 2024

El Síndrome, mi edificio y yo

Quienes vivimos en edificios muy altos necesitamos un mínimo de aseguramiento y no se trata de lujos. Hay que contar con el servicio de corriente eléctrica, de agua y de elevadores.

Cuando falla la electricidad viene el efecto dominó y comienza el serio problema. No hay agua, no hay elevadores, en el caso de mi edificio uno inservible producto de una época de apagones constantes y el otro bastante maltrecho, remendado por la misma causa y con una pieza de uno de otro edificio, por lo que nos advirtieron que al romperse el de ese otro edificio tendríamos que devolver la pieza y chirrín chirrán, por las escaleras hasta el infinito.

Ah, los elevadores fueron instalados muy nuevos, muy lindos, con musiquita y todo, en plena pandemia, a un precio muy elevado que enfrentó el Estado.

Al momento de los inesperados apagones el elevador "sobreviviente" sufre de roturas o quedan personas atrapadas por lo que se requiere del cuerpo de salvamento y rescate de los Bomberos.

Los residentes en estos edificios nos acostamos y nos levantamos con el credo en la boca. ¿Tendremos apagón?, ¿Podremos bajar sin quedarnos atrapados?, ¿Si bajamos tendremos que agarrar las escaleras al regreso? Y cuando no tenemos no se baja a buscar el pan de cada día, ni otras necesidades elementales.

En pleno período especial estos edificios fueron protegidos y hasta se realizó una inversión para beneficiar al 26 Plantas, el más alto de la ciudad. En estos tiempos quitaron al 18 Plantas de frente a la Sala Polivalente donde vivo del circuito que es más protegido en ocasiones, no siempre como antes y como se debe, y no sabemos la razón, porque, incluso, aquí casi el 50 % de los residentes pasamos de los 60 años de edad con todas las consecuencias que traen los años consigo.

Sabemos que tendremos corriente en época de festejos; sin embargo, nos viene encima otra catástrofe psíquica. Desde el 2014 comenzaron a plantarse enfrente las tarimas y equipos de audio quedan como dentro del dormitorio de quienes vivimos en mi torre, como área del San Juan, y así fueron agregando otras y otras fechas. Resulta que aquí se celebra el inicio de año, el 1ro de Mayo, previo al Día de las Madres, el San Juan, el verano —julio y agosto—, y las navidades, todo aunque no haya una sola persona en el lugar y hay fotos y vídeos que lo dicen por sí solos.

Dejé la Semana de la Cultura en un aparte a propósito. Este año se anunció que desde el 1ro. de febrero y hasta el día 7 tendrían lugar estos festejos por el Aniversario 510 de la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, y comenzó la preocupación inevitable, ya son demasiados días de no dormir; no obstante, el 27 de enero ya estaba dispuesta la fea tarima, como la Espada de Damocles. ¿Qué se celebraría a partir del 27 de enero y luego de intensos apagones de alrededor de cinco horas? Fue el 1ro que comenzó la bulla, digo, la música, y días de 10 horas sin parar con término a las cuatro de la madrugada, sin olvidar que los días de semana fueron hasta las dos, todo un martirio.

Hay quienes refieren el tema de la tradición y hasta donde sé, los festejos navideños y del Día de las Madres siempre han sido de carácter familiar, no popular; mientras esta área nunca fue utilizada antes del 2014 porque esa Avenida no estaba allí.

A menudo vemos un spot televisivo sobre el ruido que nos "enseña" a cuidarnos y termina así: "No te dejes engañar, el ruido daña la salud". La realidad es que parece un chiste.

El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), es una definición de especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a las inseguridades y consecuencias aparejadas al solo hecho de vivir en edificios muy altos a nivel global, no es privativo para Cuba, solo que cada país tiene sus propias características. Estoy segura de que soy presa de este padecimiento.

A nivel legislativo tenemos en nuestro país la Ley 81/97 de Medio Ambiente, perteneciente al CITMA la que establece las principales pautas y contravenciones sobre este asunto. En su Artículo Uno se recoge que: "Contraviene el orden público quien perturbe la tranquilidad de los vecinos, especialmente en horas de la noche, mediante el uso abusivo de aparatos electrónicos, o con otros ruidos molestos e innecesarios; celebre fiestas en su domicilio después de la una de la madrugada turbando la tranquilidad de los vecinos sin permiso de las autoridades competentes". Y cuando ese ruido insoportable es aprobado por las autoridades gubernamentales, ¿Qué hacer?

Luego de este repaso y añadir que: "La violencia acústica no es más que una forma de violencia ejercida a través del sonido", me pregunto: ¿Cuándo podremos vivir con menos sobresaltos?, ¿Cuándo podremos dormir como Dios manda?, ¿Ante quienes podremos quejarnos y que nos hagan caso?, ¿Cómo hacer cumplir los preceptos registrados en el Código de las Familias?. ¿Cómo proteger a los ancianos de este entorno?, ¿Cómo proteger a los niños y trabajadores de la comunidad?, ¿Cuándo curaremos del Síndrome del Edificio Enfermo?, y digo así: curaremos, porque estoy segura que somos muchos. Sin olvidar que durante todo el año tenemos el ataque sónico del Centro Recreativo-Cultural Casino y del Club de la UNAIC...

No sabemos adónde quejarnos, incluso, en su momento acudimos a especialistas de la Salud y a la delegación provincial del CITMA y expresaron, en el primer caso, que no contaban con los medios para medir los decibeles y en el segundo que no tenían que ver con ese asunto. Fin de la historia.


10 comentarios:

  1. Es una gran desconsideración con el pueblo y violaciones de las leyes por parte de instituciones del estado.

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    1. Gracias por su comentario aunque no sé quién es. Esperemos...

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  2. De verdad el gobierno y los que tienen que ver con el asunto nada les interesa, porque seguro ninguno de ellos vive cerca de ese martirio, ojalá a alguien le preocupe y ponga manos en el asunto, o serán ciegos y sordos, suerte, que les den paz y tranquilidad, muy bien escrito

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    1. Agradezco su comentario. Eso espero!!

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    2. Enrique Atienzar Rivero13 de febrero de 2024, 21:27

      Cuqui confie que encontrara un oido receptivo y pienso que la solucion del problema no puede caer en terreno de nadie, mas si sabemos que hay regulaciones de estricto cumplimiento para los llamados servidores publicos.

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    3. Ojalá así sea. De momento no tengo noticia alguna. ¿Las regulaciones?, parece que las olvidan, hasta la PNR me respondió por teléfono que nada tienen que ver con esos escándalos, y otras expresiones que es mejor ni mencionar. Entonces nos quedamos mirando para el camino..., gracias por comentar.

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  3. Es una pena que las autoridades cubanas hagan caso omiso a las dolencias del pueblo

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    1. Gracias por su comentario. Esperemos este asunto cambie...

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  4. Gracias Cuqui. Ese mismo sentir lo padecemos desde Altura del Casino, La Caridad, Rpto Garrido, muy desagradable en horas altas la música sin consideración...

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    1. Hola, la agradecida soy yo. No sé quién eres, pero dedicaste un poco de tu tiempo a leer y comentar. Gracias mil..., ¿consideración?, ni un ápice...

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