Me
ha resultado un tanto difícil escribir estas líneas. Confieso que las estoy
pensando desde ayer sábado 14 de diciembre cuando viví momentos muy especiales.
También confieso que lo pensé y lo pensé, ¿voy o no voy?
Doy
gracias por decidirme e ir a ese encuentro que con tanto amor organizaron
otros. Invitaron a los graduados en 1973 de ese Preuniversitario Álvaro Morell,
el del Casino, como le dijimos siempre y que quisimos y queremos tanto, también
a los que no se graduaron por diversas razones; no obstante, conformábamos ese
grupo inigualable, al menos para nosotros.
La
cita era para las dos de la tarde en el conocido CV Deportivo, años ha Tennis
Club, y otras yerbas…, también en las inmediaciones de ese Casino Campestre del
que los camagüeyanos tanto nos enorgullecemos. Fue una tarde bonita, hacía
mucho que no disfrutaba una así.
Llegué
unos minutos pasaditos de las dos y creí sería de las primeras. Nada de eso, un
grupo bastante numeroso ya estaba allí, en esa cita que nos deparaba sorpresas,
sí, sorpresas, porque somos los mismos, pero no iguales.
Luego
de 40 años transcurridos hay cambios físicos, algunos nos vemos con frecuencia
por diferentes razones y otros no. De las otrora muchachas algunas exhiben sus
canas, otras tratamos de disimularlas; los otrora
muchachos llevan en eso las de perder; unos muy canosos y otros han perdido el
cabello.
Como
es natural en estos casos no faltó la música, la bebida y algo de comer; sin
embargo, parecía que la fiesta no empezaría nunca porque eran tantos los
abrazos, los besos, y la pregunta más recurrente: ¿Te acuerdas de…?
Todos
traían una anécdota de aquella época. Allí se deseó salud y dicha para los que
están lejos y recuerdo eterno para los fallecidos. Hubo espacio para todo en
unas cuatro horas de encuentro. En esta, una reunión nada formal hubo hasta
votación unánime y acuerdos, y hasta sus lagrimitas.
Filo,
uno de los anfitriones, líder natural antes y ahora, carisma que creo heredó de
su padre, propuso reunirnos dos veces al año. Ya tenemos las próximas fechas:
el 24 de mayo y el 20 de diciembre del 2014. La propuesta fue aprobada por
todos y hubo hasta quienes querían más, era como quedarse allí en un hasta
siempre.
Mencionar
a todos los participantes me resulta imposible. Como en cualquier colectivo
unos sobresalen más que otros y Filo, Choni, Alfredito, quien vino de su Habana,
donde vive, sin desprenderse de sus amigos, Chuchín, Manolito, Gan, Olimpia,
Olguita, Natalia, Mery, Daisy, Dorita, Nilda, Casas y Mercy, un matrimonio que
viene desde entonces, ¡ah! y Guillermo Guevara, quien desde Angola se hizo
sentir, en fin tantos, que ya estamos pensando en el mes de las flores
venidero.
Esta
vez fue más bien una suerte de encuentro para vernos, reconocernos, ponernos al
día de lo acontecido en nuestras familias. Hubo quienes llevaron fotos de sus
nietos. ¿De trabajo?, no, de eso no hablamos. Allí los títulos quedaron en un
segundo plano. Los Generales y Doctores
dejaron de serlo para volver atrás y ser nosotros mismos.
Compartieron
con sus alumnos Yoya, la profesora de Matemáticas; Bacardí, de Biología y nos
quedamos a la espera de otros que recordamos con mucho cariño y admiración. Esperamos
nos acompañen en mayo.
¿Tú
eres Cuqui, la del pelo largo? Por Dios, esa pregunta me la hicieron unos
cuantos. Como yo, que físicamente hablando, no soy igual, les sucedió a todos,
pero también coincidimos en otra cosa, mantenemos la misma alegría de aquella
juventud cuando empezamos a disfrutar la vejez. Así rezó en la invitación que
recibimos.
Si
de algo estoy segura es de que viejo, viejo, no se sintió nadie. El baile como
en los años mozos fue acariciado sin limitaciones.
Pareciera
como si hubiésemos salido del aula bajo el acuerdo de reunirnos en una fiesta.
Nada era igual y tampoco distinto. Fuimos los mismos jóvenes porque la amistad
nos unió de una manera única y verdadera. Sí, quisiéramos ser jóvenes de nuevo,
pero aquellos, los de nuestros tiempos, como reitero cada vez que me refiero a
este punto.
Nos
gustaría volver a ser esos que disfrutábamos de las escalinatas de nuestro Pre,
esos que nos sentábamos en el parque de enfrente o en el propio Casino, esos
que “comerciábamos” por la calle Maceo, esos que los fines de semana
conseguíamos invitaciones para asistir a los 15 de conocidas o desconocidas, la
cuestión era estar, bailar y disfrutar. Esos quisiéramos ser.
Que maravilloso volver a encontrarse con los amigo despues de tanto tiempo. Ojala un dia podamos compartir nosotros dos. No te conozco personalmente, pero te quiero mucho. Un beso.
ResponderEliminarAndrés, es cierto, fue algo maravilloso. Pasé una tarde como hacía mucho tiempo...
ResponderEliminarQuién sabe, quizá un día te das tu vueltecita por aquí y nos vemos. Te quiero igual, otro para ti...
Qué agradable encuentro,Imagino lo bien que lo pasaron, me hubiera encantado participar. Ya veo que hubo gran asistencia, yo lamentablemente no pude acudir pues hasta el lunes no viajo a Cuba. Espero poder participar en la próxima.
ResponderEliminarMargarita, sí fue muy agradable, pasamos una tarde muy especial, esa es la verdad y hubo como tú dices buena asistencia. No lo dudes habrá una próxima y como dije ya tenemos las dos fechas, así es que el 24 de mayo te esperamos...Ah, gracias por tu copmentario
EliminarQuise decir: comentario
EliminarCuqui: Todos tenemos nuestro Pre del Casino. Antes y después. Quienes no pasamos por allí, pasamos por otro, pero qué hermoso es que las canas nos aclaren los recuerdos en lugar de borrarlos. Estos son los temas que más me interesan. Sin memoria, ¿qué seríamos?
EliminarAmigo: Tienes razón y tener un Pre del Casino u otro es una bendición, y sí es muy hermoso que las canas nos aclaren los recuerdos en lugar de borrarlos. Ni pensar qué seríamos sin memoria.
EliminarMil gracias por tu entrada y tu comentario...
Que pena que con tanto embullo ,no pude asistir..prometo no perdermela en Mayo, pues en realidad me entusiamaba mucho este encuentro, de todos modos saludos y felicidades, gracias Cuqui por tu crónica, aunque somos de las que más nos vemos
ResponderEliminarMargarita: Sí fue una pena que no estuvieras, te garantizo que la hubieras pasado súper, pero habrá otros encuentros, al menos dos al año y podrás estar.
EliminarTú y yo sí nos seguimos conociendo porque como dices, somos de las que más nos vemos. Gracias por tu comentario...
Realmente un agradable encuentro,los que nos encontramos lejos sin duda hubiésemos querido participar.Se extrañan las amistades de esa época,sin dudas.He visto en las fotos sobre todo de las muchachitas que hacía años que no veía.Un saludo grande para todos.
ResponderEliminarSardiñas: Imagino eso, que hubieses querido participar. Las amistades, las buenas, las de siempre, se extrañan, y nuestra época fue muy especial.
EliminarFíjate si quieres a tus amigas que todavía dices las "muchachitas". Gracias por tu comentario.
Agradezco por aquí también a quienes han colocado sus comentarios en Facebook, mis cariños para todos...
ResponderEliminarHola: Esto es para quienes me han dicho que no pueden dejar sus comentarios aquí. Estuve buscando las regulaciones que en este sentido tiene el sitio y quizá este sea el problema. Dice así textualmente y cito:
ResponderEliminar"Los usuarios que no hayan activado la función Moderación de comentarios no verán ningún comentario en Comentarios | Esperando moderación".
Pues yo soy más viejo, jejej, de la graduación de 1970, pero a muchos, aunque sea de vista, los conozco.
ResponderEliminarSaludos para todos y me alegro de que lo pasen bien.
Amigo Mendo: No, más viejo no, solo con un poquitín más de experiencia acumulada, ja ja ja. No hablemos de años por estos días...
ResponderEliminarGracias por entrar y por tu comentario, un beso