domingo, 10 de mayo de 2015

Mi primer tesoro


Algún deseo le pedía Grétel al Caballero de París.

Estoy segura de que mi madre, dondequiera que esté sabrá perdonarme que hoy, su Día, se lo dedique a Grétel, esa que he dicho en otras ocasiones entró a nuestro hogar como si llevara el Sol encima. Y no miento. Mi hermano y Digna, su mamá, nos dieron a esa niña el 19 de octubre de 1983. Me parece mentira, hace ya 31 años.
Cuando supe de ese embarazo me lo cogí para mí como decimos en buen cubano. Soñaba con esa bebita y no miento si digo que nació ¡bella! Una recién nacida que parecía pintada o hecha a mano, con unas facciones muy bien definidas, las cejas lindas, los ojos lindos. Al menos para todos nosotros, incluyo a mis padres, era la niña perfecta.
Fueron pasando los días y me creí que Grétel era mía, lo creía de veras. Si enfermaba yo no dormía, si lloraba me despertaba, como le sucede a una madre. Así fue pasando el tiempo, vivíamos juntos todos, como “tres en un zapato”, y cuando tuve la posibilidad de tener mi casa la traje conmigo.
Salíamos a cualquier parte y Grétel era nuestra relacionista pública. Se paraba, hacía amistades y venía y nos las presentaba, parecía una persona mayor. Si comíamos en un restaurante se nos adelantaba y le decía a las personas antes de comenzar: ¿Gustan? Si la llevábamos a un cumpleaños no entraba en la piñata para cuidarse la ropa y los zapatos. Era y es, por supuesto, un encanto.

En la casa se hacía sentir a cada minuto. No caminaba, corría con sus chancleticas de andar, comía de todo y le gustaba que su tío le sirviera porque yo echaba muy poco. ¡Ah! Y que él le cocinara, lo prefería como no boba al fin y al cabo. Así y todo se mantuvo bien flaquita por muchos años.
La enseñé a que su naricita era mía, sus ojitos eran míos, y todo era mío, la dormía dándole paupaíto, y la protegía mucho. La verdad que fue una niña muy querida por todos, tenía el ángel de atraer. Nunca reclamó nada en la calle, nunca pidió le compraran lo que no se podía.
Cuando salí embarazada hablaba con su hermanito, le decía cosas muy lindas, me cuidaba en la calle para que no tropezara y lo quiso siempre, solo que cuando lo traje a casa recién nacido ella se aburría porque él dormía mucho, se había hecho la idea que podría jugar con él enseguida. Eso la decepcionó un poco, solo tenía cinco añitos y había que explicarle, fue una época de hablarle mucho, mucho.
A la hora de amamantarlo ella se ponía un poquitín celosita. Me decía que quería meterse en mi barriga. Si yo lloraba porque el niño lo hacía, ella también, formábamos un buen trío de llanto hasta que mi madre me llamó a la reflexión y me dijo: “Al niño no le pasa nada preocupante y vas a enfermar a Grétel”.
Transcurría el tiempo y Orielito no dijo ni papá ni mamá como sus primeras palabras, dijo: Tete, así la llamaba, era su gran amor. Aprendieron a crecer junticos, a quererse, a jugar como dos hermanitos. Como todos los niños hacían sus maldades, se tapaban uno al otro y se “metieron” a los abuelos en un bolsillo, como decimos por aquí.
Eso de correr y las chancleticas me trae a la memoria épocas muy difíciles, cuando en los años ’90 del siglo pasado no podíamos comprar absolutamente nada porque no había ni artículos ni dinero que alcanzara y como me pasaba la vida corrigiéndolos a los dos para que cuidaran, ya Orielito le decía: Grétel, no corras, cuida las chancletas, no hay más. Si no hubiera sido por lo serio del problema nos hubiéramos reído a carcajadas.
Grétel creció, vive en la capital y tiene a su adorado Danielito de seis años, ese que más pequeñín me decía: “Te amo”, o “I love you”. Pienso que nos quiera igual o más porque cuando uno tiene hijos valora más a los padres, los entiende más. Nos llamamos y estamos al tanto la una de la otra. Es sentimental y ya hasta me pelea cuando el teléfono está ocupado y no puede comunicarse. Pero todo eso termina con el sentimiento del amor, del verdadero, ese que surge espontáneamente de padres a hijos y viceversa. Ahora, poco después de las 12 de la noche recibo su mensaje: “Te amo Titi, que pases un día especial”; y creo que nunca olvide algo, siempre le dije: “Eres mi tesoro”, y lo es, solo que desde hace 26 años tengo dos. Ella fue el primero.

5 comentarios:

  1. Amiga, ando en busca de palabras… Pero, qué palabras encontrar merecedoras de comentar en artículo tan conmovedor y lleno de vida como este??????? Es encantador esto que escribes y créeme, tanto como lo han llegado a ser esos dos tesoros que llegaron para cambiarlo todo. Un abrazo re grande… que tengas un maravilloso día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Adanys, mil gracias, como siempre, eres un amor de persona. Sí, esos dos tesoros cambiaron mi vida y cuánto, no eres capaz de imaginarlo, otro abrazo re-grande para ti y también que tengas un maravilloso día. Por aquí anda medio nublado!!!!

      Eliminar
  2. Amigos de Facebook y de Twitter han comentado. A todos, gracias por entrar, leer y dejar sus huellas por donde sea, mis cariños!!!!

    ResponderEliminar
  3. Esperanza Manresa24 de mayo de 2015, 16:19

    hello!!!! bello!!! conmovedor, cronica de amor del bueno del q nunca nos traiciona, del amor q nada ni nadie es capaz de subplantar ni hurtar, pero no solo es sentir ese sentimiento amiga es tu gran profecionalismo al escribir q lo haces con tanto amor y mas cuando de tu linda familia se trata, recreas las palabras exactas con la pincelada de emocion inmensa del amor por los hijos y la familia, es eso lo q t hace una gran madre y la gran hija q fuiste, en este dia tan hermoso para toda aquella mujer q se siente digna y afortunada por ser madre, te deseo todo lo mas bello y grande y sabes q es? pues q tus hijos gretell y orielito sean capaces de amarte y demostarte ese amor reciproco a ti,aunque tarde pero sabes q soy tu fiel admiradora como periodista y no dejo de seguir tus trabajos aunque no escriba una palabra las guardo para cuando el tiempo me lo permita, asi q siempre estare unas veces en tiempo otras tarde como ahora pero segura,,,, un enorme abrazo amiga y un lindo aburrrrrr camagueyano

    ResponderEliminar
  4. Espe amiga, qué lindo eso!!!! Es que son cosas salidas del corazón y no del cerebro, ja ja ja.
    Estos dos tesoros que me dio la vida me cambiaron y en mucho. Desde el mismo día del nacimiento de ambos más nunca he dormido igual, esa es la realidad y para bien ha sido; son como mis calmantes ante cualquier incertidumbre, preocupación, en fin, sin dejar de lado que a veces son también mis procupaciones, solo que las resolvemos juntos y eso es lindo.
    ¿Que me quieran y correspondan? Eso lo dejo al tiempo y a la vida misma. Sabes, porque eres madre y de las buenas, que una ofrece sin nada a cambio, he ahí el secreto.
    Gracias mil por tus elogios y nunca es tarde para las felicitaciones y los buenos deseos. Feliz término de domingo y te deseo lo mejor a ti y a los tuyos, otro abrazo y un besito para ti, con mi abur de siempre!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar