miércoles, 24 de febrero de 2016

¡¿Pata y derecha?!


Imagen tomada de Internet.
Hay cosas que cuando nos suceden no les damos importancia; sin embargo, al paso del tiempo, quizá por la caída de los años nos ponemos a pensar y vienen a la mente cosas hasta insólitas o de poco valor.
Desde niña mis padres nos acostumbraron, a mi hermano y a mí, a asistir a todo aquello que llevase cultura, con especial preferencia hacia el ballet, los conciertos de la Orquesta Sinfónica, o a funciones que artistas del país o no ofrecieran en alguno de los teatros.
Más crecidita comencé a salir con mis amigas y amigos. Nor María, quien estudió ballet y hoy es una reconocida profesora de ese difícil arte, era y es, mi amiga y vivimos muy cerca por algunos años.
Ella y yo decidimos asistir al Teatro Tasende, de la calle Popular de la ciudad de Camagüey, Cuba, hoy no utilizado para esos menesteres con igual asiduidad. Vino de la capital un cantante muy de moda entonces y al que prefiero no nombrar por razones obvias.

Entró a escena a su hora, impecablemente vestido, y con su linda voz comenzó a deleitarnos con su arte, para mí con uno de los instrumentos más difíciles porque depende en todo del cuerpo humano.
Insisto en que el espectáculo empezó como debía ser. Escuchamos la primera de sus canciones y el público, como siempre se dice del camagüeyano, presto a aplaudir por justo reconocimiento; luego vino la segunda canción y creo que hasta la tercera, y comenzamos a escuchar una voz como decimos, de "ultratumba" que decía y repetía de vez en vez algo que no entendíamos.
Nosotras y el resto del público comenzamos a tratar de oír qué sucedía, imagino el rato amargo que pasaba aquel artista que con micrófono en mano no dejaba de cantar, pero se veía inquieto.
Aquel casi susurro se apaga y volvía a empezar, Normy (así le digo a mi amiga), y yo no éramos la excepción, la distracción se apoderaba de nosotras como del resto de los asistentes. Mirábamos a uno y otro lado y aquello se iba en el espacio como por arte de magia, hasta que entendimos algo como “pata”.
Nos preguntábamos muy bajito qué haría una pata allí, los animales no tenían por qué estar y, además, no veíamos a pata alguna. Aquel cantante seguía adelante quién sabe con cuanta incertidumbre. La voz del hombre, ya sabíamos al menos que era un hombre, empezó a aclararse y oímos algo así como: “pata derecha”.
Decidimos dirigir nuestras miradas hacia el lado derecho y nada, no encontrábamos la respuesta. De momento aquella voz impertinente, sí, porque además de maleducada era impertinente empezó a aclararse y a escucharse, el susodicho decidió dar rienda suelta a sus pulmones y a todo dar decía: ¡Suéltale a la pata derecha!, ¡Suéltale a la pata derecha!, ¡Suéltale a la pata derecha!, y se apagó. Una de las acomodadoras del teatro, acompañada por alguien más fue hasta la butaca del implicado y lo sacaron. Algo inevitable.
¿Imaginan cuál era el asunto?, pues que el pobre cantante que ya no sabía cómo desenvolverse, muy bien vestido no se dio cuenta, ni su diseñador ni su vestuarista, que la pata derecha de su pantalón era un poquitín más corta que la izquierda. De seguro aún, porque todavía aparece de cuando en vez por la televisión, chequea el último detalle de costura. Aunque no lo crean al escucharlo, pese a que no es de los más presentados en la televisión cubana, no sé el porqué, y aunque me apena, también me río. Tuvo la suerte de que el público se comportó con mucha elegancia, no le hicieron el juego al indiscreto. Ese vocero “especializado” en vestuario dejó su impronta, no sin una cuota de mala educación, pero a no dudar simpática.

2 comentarios:

  1. ...inmensa alegría la de saberte de regreso. Mejor aun cuando lo haces acompañada de tan simpática vivencia. Entre el querer degustar de la historia más el no parar de reír porque te las has ingeniado para que no pueda, me he quedado deseoso de leerte. Un fuerte abrazo… que tengas muy buen día desde la orilla de Tu-Mi mar.

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    1. Adanys, amigo, tú eres el que me haces reír porque nunca he tenido un lado cómico y menos para escribir. Solo que hay cosas que suceden y son así. Puedes estar seguro que ni le quité ni le puse.
      Estoy en la búsqueda de datos para lo que te comenté por mensajes. Espero hacer algo pronto.
      Otro fuerte abrazo para ti y no solo esperes leerme para que yo sepa de ti, otro fuerte abrazo para con un lindo día que te llegue a la orilla de Tu-Mi Mar. Gracias mil!!!!

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