jueves, 27 de julio de 2017

Recuerdos, recuerdos, recuerdos...



Imagen tomada de: https://pixabay.com
Dos niños camagüeyanos salían a menudo con sus padres. Comían en algún restaurant citadino. Los más frecuentados: el del otrora Círculo de Profesionales y el del Gran Hotel. Luego la cita era en el cine y a caminar hasta La Vigía…”Había que bajar la comida”, esa era una frase muy repetida del papá.
Ella, la mamá, decía: “Caminen sin mirar adentro de las casas, eso es mala educación”.
En otros horarios salían y ella puntualizaba: “Llegaremos a casa de…, si preguntan, ya almorzaron y den las gracias”.
Más de una vez el papá caminó desde el centro de la ciudad hasta la casa con un papel estrujado en sus manos, no había dónde echarlo: “Nunca boten los papeles en las calles, nunca lo hagan”, reiteraba.

Los cuatro asistían a los conciertos de la Orquesta Sinfónica, a las funciones del Ballet…, siempre con una entrada que decía algo así como: Amigos de la Música. Fue una idea de Gustavo Sed Nieves y que el padre abrazó siempre. En esos casos se deleitaban todos, con la advertencia: “Aquí venimos a disfrutar, no a hablar, ni a ponerse de pie”.
La niña, ya más una muchacha, llegó a la casa feliz y le dijo a la madre: “Mima, hoy me celebraron el pelo”; ella, muy veloz dijo: “¿Sí?, pero tienes que saber algo, hay muchas que lo tienen más bonito”. La dejó pensando…
La mamá, le “cortaba las alas” a la hija de vez en cuando: “A esa fiesta no vas, no eres arroz blanco”. La dejaba incómoda.
Ambos, el padre y la madre, coincidían en muchas cosas como en que: “Los problemas de la casa se resuelven de la puerta hacia adentro”.
También en aquello de: “Los padres somos los mejores amigos de ustedes, siempre los ayudaremos, en lo que sea”.
Sobre todo el padre decía: “Con la razón y decencia, nunca se queden callados, aprendan a defender sus derechos”.
Pasados los años digo ahora. Esos padres eran los míos, esos hijos: mi hermano y yo. Quizás entonces no estuvimos de acuerdo en todo con ellos. Hoy el sentimiento es otro. Agradecemos sus enseñanzas. ¡Cuánta sabiduría!, ¡Cuánta educación!
Son recuerdos, recuerdos, recuerdos..., y también realidades, realidades, realidades…

2 comentarios:

  1. Benditos recuerdos estos que nos compartes tan lleno de realidades pobladas por ustedes. Es curioso… mientras te leía, siempre tuve claro quiénes eran los protagonistas de esta historia tanto como tampoco pude evitar verme reflejado como el niño que caminó a diario cogido de la mano por mis abuelitos o bien mis padres porque con absoluta certeza me amaron tanto, que apenas dejaban fragmento de mí… para mi mamá.
    Muchísimas gracias por regalarme fragmentos de ayer que lamentablemente solo llegan entre recuerdos para bendecirnos entre la inmensa dicha de sabernos fruto de nuestros padres…
    Que tengas un lindo día lleno de cosas buenas todas junto a este fuerte abrazo que te dejo para toda la familia. Se les quiere…

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  2. Gracias amigo, ya te estaba extrañando.
    Ja ja ja, lo sabías porque me conoces, eso es bueno, igual que te haya traído tus propios recuerdos con tu familia. Estoy segura es como dices.
    Otro lindo día para ti, sobre todo hoy domingo.
    Veo que andas muy feliz!!!! Me alegro mucho.
    Otro abrazo fuerte y tinajonero para que te llegue a la OrilladeTu-MiMar,también te queremos...

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